Encueste lo que cueste
Opinión
Laureano Márquez
Noticiero Digital
Laureano Márquez
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¡Qué vaina con las encuestas! “Si las elecciones fuesen hoy, ¿por quién votaría usted?” Esta es la pregunta que usualmente se realiza. En Venezuela, dado el clima de miedo que, progresivamente, ha ido cubriendo como neblina a la expresión libre de las opiniones, más valdría preguntar: “Si las elecciones hubiesen sido ayer, ¿por quien habría votado usted, ahora que lo puede decir?” Una importante empresa encuestadora acaba de realizar una encuesta en la que se demuestra la poca fe que la gente tiene en ellas en nuestro país.
Predominan en los consultados dos opiniones bastante generalizadas: En primer lugar, que buena parte de ellas son compradas (o vendidas). En segundo lugar, que mucha gente no se atreve a decir lo que realmente piensa en público por temor a represalias. Los ciudadanos están hartos de listas, amedrentamientos y amenazas de carajazos.
El cronista, como diría Marta Colomina, ha dejado de creer en las encuestas y en las estadísticas. Sin embargo, hay elementos intangibles, efímeros y no verificables que le dejan a uno impresiones que valen más que un muestreo aleatorio estratificado con margen de error y afines del Distrito Federal y el estado Miranda. He aquí algunos de ellos:
Por primera vez Chávez contempla la posibilidad de perder. Eso en cualquier otro presidente sería algo normal y democrático. Pero que el nuestro lo enuncie, aunque sea como supuesto negado, conociendo su personalidad, es revelador.
Más si tiene –como dice– treinta puntos de ventaja.
Que se ande diciendo por ahí que la oposición está preparando un fraude electrónico para hacerle creer a la opinión pública que fue el gobierno quien lo hizo, es de una belleza cínica sublime. Sin embargo, es un muestreo de inseguridad.
Que haya que comprar las entradas de un juego de pelota para tener un público cautivo (nunca tan bien dicho), da una sensación de miedo que anima.
Que un ministro tenga que amenazar a sus subordinados con ponerlos en la calle y hasta con golpearlos si no respaldan al candidato del gobierno, indica, al menos, que la cosa no es tan unánime como aparenta... “Por qué no sacas la cuenta, saca la cuenta Colón”.
Que el candidato opositor se someta a la encuesta del juego de la pelota, quizá el único espacio en el cual los antagonismos sociales coinciden y se mezclan, es de una claridad oracular. Súmele a ello la suspensión de las transmisiones televisivas en vivo.
Que un candidato se niegue a debatir con otro de quien dice que carece de elocuencia, es particularmente elocuente. Sócrates se habría dado el banquete de Platón.
Que tenga un plan “Ch” es chimbo.
En fin, caro lector, ¿no respira usted algo extraño y misterioso en el ambiente? ¿Algo así como si el coco anduviese por ahí como asustado? Mire a su alrededor... y haga una encuesta.
Léalo en: www.talcualdigital.com
Predominan en los consultados dos opiniones bastante generalizadas: En primer lugar, que buena parte de ellas son compradas (o vendidas). En segundo lugar, que mucha gente no se atreve a decir lo que realmente piensa en público por temor a represalias. Los ciudadanos están hartos de listas, amedrentamientos y amenazas de carajazos.
El cronista, como diría Marta Colomina, ha dejado de creer en las encuestas y en las estadísticas. Sin embargo, hay elementos intangibles, efímeros y no verificables que le dejan a uno impresiones que valen más que un muestreo aleatorio estratificado con margen de error y afines del Distrito Federal y el estado Miranda. He aquí algunos de ellos:
Por primera vez Chávez contempla la posibilidad de perder. Eso en cualquier otro presidente sería algo normal y democrático. Pero que el nuestro lo enuncie, aunque sea como supuesto negado, conociendo su personalidad, es revelador.
Más si tiene –como dice– treinta puntos de ventaja.
Que se ande diciendo por ahí que la oposición está preparando un fraude electrónico para hacerle creer a la opinión pública que fue el gobierno quien lo hizo, es de una belleza cínica sublime. Sin embargo, es un muestreo de inseguridad.
Que haya que comprar las entradas de un juego de pelota para tener un público cautivo (nunca tan bien dicho), da una sensación de miedo que anima.
Que un ministro tenga que amenazar a sus subordinados con ponerlos en la calle y hasta con golpearlos si no respaldan al candidato del gobierno, indica, al menos, que la cosa no es tan unánime como aparenta... “Por qué no sacas la cuenta, saca la cuenta Colón”.
Que el candidato opositor se someta a la encuesta del juego de la pelota, quizá el único espacio en el cual los antagonismos sociales coinciden y se mezclan, es de una claridad oracular. Súmele a ello la suspensión de las transmisiones televisivas en vivo.
Que un candidato se niegue a debatir con otro de quien dice que carece de elocuencia, es particularmente elocuente. Sócrates se habría dado el banquete de Platón.
Que tenga un plan “Ch” es chimbo.
En fin, caro lector, ¿no respira usted algo extraño y misterioso en el ambiente? ¿Algo así como si el coco anduviese por ahí como asustado? Mire a su alrededor... y haga una encuesta.
Léalo en: www.talcualdigital.com
3 comentarios:
no es extraño, todos estan rojos rojitos, pero de la arrechera..., las encuestas de calle, lease marchas espontaneas, son las que estan dando la hora, las wiki wiki,esas siempre diran que gano el tipo, hasta despues del 3d...
pero vamos palla. patras ni pal impulso... no mas patras...no mas miedo... o mejor dicho no dejemos que el miedo gane...el miedo es libre, pero tenemos que ser valientes. el miedo solo se vence enfrentandolo.
Alejandra, te invito a saborear mi primer pan de jamón (con receta incluída)
Saludos
Bueno, ojalá todo esto se capitalice en votos y saquemos al bicho de Miraflores.
Que se eliminen las captahuellas, que baje el amedrentamiento para que la gente vote de manera secreta y sin miedos, pa´que vean como no hay pa' nadie y así llegará el fin de Chávez, me da mucha rabia decirlo pero esto no es más que un sueño, pues los "bichos" no se van a dejar quitar el poder así tan fácil.
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