Los recuerdos de Ori

Mi hija sueña con regresar, sueña con la panadería y el chichero, ella me dice que en su sueño la chicha le sabía a verdad... le creo, quién se va a olvidar de esas cosas tan ricas que probamos muchos no hace tanto ... Ella con sus 10 extraña ese sabor del queso blanco para rallar,tanto que el que le trajo su papá esta por acabarse y cuando vio que solo le quedaba un pedacito se le pusieron esos ojos tan bellos aguaditos de puras ganas de llorar...

Siempre piensa en su mejor amiga, en la que dejo y extraña como si fue ayer... Solo han pasado 5 años pero es la mitad de su vida, que joder cuando uno ama de la forma que sea, duele cada separación, cada alejamiento, queda un espacio en blanco que no se puede rellenar con ningún otro color, ese ya no existe en nuestra gama, pero así es, la dejo soñar y sueño con ella, escucho narrar sus recuerdos y llena mi memoria de los míos, le cuento los míos y los hace de ella... ese querer regresar que muchos sentimos y no podemos dejar, aún sabiendo que no hay vuelta atrás... que no hay a donde regresar.

Extraña las polvorosas que le compraba su abuelita, en estos días le mando 5 que fue lo que le permitió el tiempo ( es un cuento largo) , se las comió con muchísimo recelo, tanto así que la encontré comiéndose el papel de una para no desperdiciar ni una migaja, la cara era un poema, como si era la última polvorosa de la tierra, en fin extraña y extrañamos cosas pequeñas, cosas simples, cosas cotidianas pero las mas bellas de la vida, y cosas grandes también como la amistad y el amor de los nuestros y el mar que es mas azul y cálido cuando se conoce otro muy distinto y frío.

Con todo y lo que se puede extrañar amar y entregarse todo es la consigna, vivir a plenitud y no dejar pasar el tren de la vida.