29 de mayo de 2006

Quejidos porno...


Un tipo llega a su casa y le dice a su mujer: Te cuento Julia, que vengo de ver una película porno, y no te imaginas la cantidad de locuras que allí se ven. ¡Cómo así Cucho!... s¡Cuéntame!... No te imaginas cómo se quejan las mujeres cuando hacen el amor... Sabes, yo creo que eso nos falta para ponerle más sazón a nuestro matrimonio. ¿Te gustaría que yo me queje, Cucho? Sería recontra chévere, Julia. ¿Por qué no lo intentas? Y efectivamente, la pareja se dispone a poner en práctica la novedad. Esa noche el hombre empieza a acariciarle los hombros a la mujer y ella le pregunta: ¿Empiezo a quejarme? No, todavía no Julia. Continúa acariciándole la cintura, las piernas y la esposa nuevamente le pregunta: ¿Ahora ya me quejo? Espera un poco más. A los 20 minutos el hombre sube a donde tiene que subir y empieza a hacer lo que tiene que hacer y le dice a su mujer al oído: Ahora Julia, ahora ¡¡¡¡¡comienza a quejarte!!!!! ...¡¡¡¡Ay Cucho, los niños están cada día más insoportables; la plata que me das para el diario no me alcanza; la bebé necesita zapatos nuevos; tu madre llama para joder todos los días; se acabó el gas; tenemos que comprar un refrigerador nuevo; ya no sé qué cocinar!!!!! ¿¿¿¿SIGO QUEJÁNDOME CUCHO????

4 comentarios:

Miguel Pinto dijo...

Ja ja ja

¿Eso es la vida real?

Anónimo dijo...

jajajaja, como el Conde del Guacharo que dice que por eso no hace el amor con su mujer porque la tipa empieza: "dale papi, dale, que rico, hay papi ese techo hay que pintarlo, dale, dale duro, hay papi mira la humedad en la pared..."

Unknown dijo...

La Gallina


Había una vez un elefante, una jirafa y una gallina que fueron a hablar con Dios.


Pasa el elefante y le dice:


Por favor, Dios mío, achícame la trompa, pues soy la burla de la selva por tener una nariz tan grandota.


Dios le contesta: "Hijo mío, ¿No te das cuenta de que con tu trompa puedes tomar toda el agua que quieras sin agachar la cabeza, y además te puedes bañar tu solo?.


El elefante se arrepiente y le pide disculpas.


Le toca el turno a la jirafa y le dice:


Dios, por favor achica mi cuello, pues todos los animales de la selva se burlan de mi por tener un cuello tan largo.


Dios le contesta: "Hija mía, con ese cuello tan largo y hermoso alcanzas los frutos mas altos y frescos de los árboles, obteniendo así una alimentación privilegiada."


La jirafa comprende y también pide disculpas.


Entonces entra la gallina y le dice a Dios:


Mira Dios, a mi no me vengas con tus argumentos:


o me achicas los huevos... o me agrandas el culo!


Tato

Jackie dijo...

Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja
Yo me quejo así sin necesidad de besitos ni nada!